La enseñanza en el aula, dentro de un espacio fìsico y delimitado, puede ser muy cómoda y segura. Sin embargo, su funcionamiento puede verse supeditado a la asistencia, disposición horaria de nuestros estudiantes y de nosotros mismos como docentes, quienes debemos gestionar otros espacios, cumplir con otras tareas del día a día o simplemente planear nuestra siguiente clase. Para superar estos aspectos físicos podemos ayudarnos de la tecnologías de la información y comunicación, las ya conocidas TIC.
La tecnología nos brinda muchas ventajas, especialmente en el ámbito de la enseñanza-aprendizaje de segundas lenguas. La educación en línea, por ejemplo; con la flexibilidad de impartir o tomar clases desde cualquier parte del mundo mientras viajas, convirtiéndonos en nómadas digitales. Nos permite tener un mayor alcance a los usarios interesados en su formación y actualización que por motivos laborales o personales no se pueden trasladar a un aula física. En este sentido, podemos incluso llegar a combinar métodos tradicionales presenciales con material adicional o complementario que nuestros estudiantes puedan consultar en una plataforma educativa interactiva y en horarios diferidos. Así pues, podemos reforzar contenidos, realizar prácticas de lengua, retroalimentación vía videoconferencias o colgar píldoras educativas que resuelvan dudas especifícas entre nuestros estudiantes, etc.
¿Y tú qué otras ventajas encuentras en el uso de la tecnología en las clases de segundas lenguas?
Hola, Evila:
ResponderEliminarMuy buena idea lo de colgar píldoras educativas para resolver dudas de los estudiantes.
Saludos,
Noelia
¡Gracias, Noelia! De hecho, lo hicimos ya en una optativa del semestre pasado. Saludos.
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